Max Verstappen gana un accidentado y polémico Gran Premio de Australia; Hamilton y Alonso, juntos de nuevo en el podio
Max Verstappen se lleva el triunfo en un Gran Premio de Australia muy accidentado y es más líder destacado de la clasificación general: prima la gestión de neumáticos, los incesantes trenes de DRS y una multitud de incidentes. Lewis Hamilton y Fernando Alonso completan el podio pese a la polémica escabechina de una resalida en la penúltima vuelta; Carlos Sainz, último por una cuestionable sanción de última hora.
El madrugón traía consigo un accidentado inicio de carrera. George Russell asumía el liderato en la curva uno y Lewis Hamilton le sucedía en la curva número tres. Una discreta salida del vigente campeón y líder de la clasificación, mientras que los españoles intercambiaban su posición. Por detrás, también en la tercera curva, un toque entre Lance Stroll y Charles Leclerc varaba al monegasco en la grava y provocaba el primer coche de seguridad.
Un Safety Car aprovechado por los pilotos que cerraban la la clasificación, que cambiaban al compuesto más duro para completar su estrategia. Sin embargo, un accidente de Alexander Albon en la séptima vuelta tiraba por la borda todas sus opciones. Un desastre estratégico también para George Russell y Carlos Sainz, pues paraban bajo este nuevo coche de seguridad y una inesperada bandera roja arruinaba la carrera de ambos.
Reanudada la carrera, Max Verstappen no tardaba en recuperar su posición inicial tras una breve lucha con Lewis Hamilton. Por su parte, Carlos Sainz emprendía la remontada desde la undécima plaza y ascendía rápidamente en la clasificación. Un muy buen ritmo a bordo del Ferrari, como hacía tiempo que no veíamos en el madrileño, aunque dejando de lado la gestión de los neumáticos que debían llegar al final de la jornada.
La mala fortuna atormentaba de nuevo a George Russell, obligado a abandonar por una rotura de motor que instauraba un breve periodo de Virtual Safety Car. Así, el único piloto de la estructura de Maranello alcanzaba la quinta posición y poco después sorprendía a Pierre Gasly por el cuarto lugar de la tabla. A partir de entonces, el español imponía su ritmo pero el tren de DRS con el francés y Lance Stroll no cesaba.
Una carrera que se definía en pura gestión de neumáticos y rodaje bajo los márgenes del alerón móvil, los dos aspectos que condicionaban las aspiraciones y los ritmos de todos los pilotos como si de una “larga carrera sprint” se tratara. Mientras Max Verstappen rodaba cómodamente al frente, por detrás se cocinaba una intensa batalla por las posiciones de podio: a Lewis Hamilton se unía Fernando Alonso, Carlos Sainz y Pierre Gasly.
Un final de infarto el que se preveía entre estos pilotos, pero que, desafortunadamente, no terminaba de cuajar por los ritmos escondidos del británico y el español de Aston Martin y la falta de neumáticos de un Carlos Sainz que había tenido que lidiar con el Alpine de principio a fin. Más atrasado en la clasificación, la remontada de Sergio “Checo” Pérez pasaba desapercibida y no se aupaba al séptimo hasta la parte final de la carrera.
Un tardío coche de seguridad, provocado por la rotura de un neumático en Kevin Magnussen a falta de apenas cuatro vueltas para la conclusión, desembocaba en una carrera al sprint de apenas dos giros. Y es que la bandera roja afloraba para limpiar la pista y abría un abanico de oportunidades, aunque hacía reinar el descontento entre los pilotos: por tercera vez y con posiciones casi definidas, se afrontaban de nuevo a una salida en parado.
Una segunda resalida que daba paso a una auténtica escabechina en la primera curva. Carlos Sainz embestía ligeramente a Fernando Alonso, que caía al undécimo lugar, mientras que ambos Alpine, De Vries y Sargeant abandonaban por accidente. Después del caos y una nueva bandera roja que terminaría detrás del coche de seguridad, se restablecían las posiciones anteriores. Cuestionablemente sancionado, Carlos Sainz caía al último puesto.