Maravillas de la Ingeniería: Porsche 804
La famosa marca de deportivos, Porsche, participó a finales de los años cincuenta en la Fórmula 2 con éxitos notables. Desde el inicio de la temporada 1961, los reglamentos de F2 se llevaron a la F1. Esta nueva norma dejó la puerta abierta a que Porsche participase en el campeonato de monoplazas por excelencia. Poco lo pensaron los alemanes, a finales de 1961 ya estaban desarrollando el que sería su primer monoplaza de Fórmula 1, el 804.
Los ingenieros de Porsche tuvieron la oportunidad de elegir entre una variada gama de motores, optando por un ocho cilindros boxer 1.4 tras analizar 16 configuraciones diferentes. El nuevo propulsor contaba con un cárter de magnesio , y cada cilindro de aluminio lucía un conjunto de cabezal de aleación de aluminio. El árbol de levas era accionado por el cigüeñal a través de varios ejes. El diseño del motor boxer permitía que se pudiese rodar más allá de la barrera de las 10.000 rpm, aunque por seguridad el régimen se limitó a 9.200 rpm, bastante ya que contaba tan sólo con 180 CV y una cilindrada tan pequeña. Lo que a priori podía parecer un handicap frente a los motores Climax y Ferrari fue todo un acierto, ya que con la menor necesidad de aspiración se pudo ahorrar peso montando menos radiadores, logrando un peso total de 460 kg.
Con el desarrollo del nuevo monoplaza terminado, los dos primeros chasis del 804 estaban listos para debutar en el Gran Premio de Holanda en Zandvoort, cita inaugural de la temporada de 1962. Los pilotos encargados de hacer debutar la nueva máquina fueron Dan Gurney y Jo Bonnier. El primero de ellos sorprendió al equipo cuando en los entrenamientos mejoró en 2 segundos el registro obtenido por el equipo el año antes en la F2, pero aún eran 2 segundos más lentos que la cabeza. En la carrera, el estadounidense tuvo que abandonar por problemas en la caja de cambios, mientras que su compañero Bonnier terminó en séptima posición. Estos resultados tan poco brillantes provocaron que para Mónaco Porsche tan sólo alineara el coche de Gurney, que tras calificar en quinta posición, volvió a retirarse en carrera tras un accidente en la primera vuelta.
Tras actualizar el 804 en Stuttgart, en Francia vio la luz el monoplaza mejorado. Los pilotos lograron clasificarse sexto y noveno. Bonnier abandonaría mientras que Gurney realizaba una actuación histórica, logrando la primera victoria para Porsche en la Fórmula 1 con una vuelta de ventaja sobre el Cooper-Climax de Tony Maggs, su perseguidor más cercano. Esta no sería la única victoria de la marca alemana, logrando un doblete Gurney-Bonnier en una carrera fuera de campeonato celebrada en Alemania. Desde entonces, el Porsche sólo lograría una pole en América como mejor resultado, viéndose superado holgadamente por los innovadores Lotus.
A pesar de las mejoras realizadas en el chasis del monoplaza, el manejo del 804 todavía no estaba a la altura de los coches británicos. Particularmente Lotus estaba muy por delante de Porsche con el revolucionario chasis monocasco, más ligero y rígido que la estructura utilizada por Porsche. El ocho cilindros boxer además también estaba por detrás de los BRM y los V8 de Climax, lo que hizo pensar a Porsche en actualizar el motor que usaban. Esto requería una gran inversión a la que desde Stuttgart no vieron salida, por lo que tras el Gran Premio de EE.UU de ese mismo año, los Porsche dejarían el campeonato de Fórmula 1.