Los miembros de McLaren hablan sobre su confinamiento por COVID-19 en Australia
McLaren fue el primer equipo de la parrilla afectado por la pandemia del coronavirus cuando varios miembros del equipo dieron positivo en los test que se realizaron previos al Gran Premio de Australia al mostrar síntomas de la enfermedad. El equipo de Woking decidió retirarse de un Gran Premio de Australia que se iba a celebrar sin asegurar las condiciones sanitarias de los equipos, algo que fue apoyado por otros equipos y llevó a la Fórmula 1 a cancelar la competición a la espera de que se esclareciera la situación.
Meses después de lo ocurrido, miembros del equipo McLaren hablan sobre cómo vivieron esos 14 días de aislamiento en una habitación de hotel en Melbourne mientras se recuperaban y daban negativo a los test de coronavirus. Unos 14 días que comenzaron de manera positiva pero que se fueron complicando con el paso de las jornadas al estar completamente encerrado durante dos semanas en una simple habitación.
“Primero nos dicen que durará 14 días. Incluso eso, en mi cabeza, fue bien aceptado. Estuvimos atrapados en Australia durante 14 días, pero cuando empiezas a pensar en eso, que tienes mucho tiempo para hacer, te das cuenta de que no son 14 días, son 14 días en una habitación. También creo que hubo todas las pequeñas cosas que comenzamos en ese entonces. El grupo de WhatsApp, por ejemplo, estaba destinado a reír y divertirse al principio, pero después de un tiempo, noté que todos se estaban callando”, comenta el entrenador de rendimiento del equipo, Sergio Stelitano.
“Después de una semana, el estado de ánimo comenzó a cambiar. Creo que nos dimos cuenta, al menos era el caso para mí, que no había hablado ni escuchado de nadie en los últimos días, y casi nos sentimos obligados a aceptarlo porque estábamos en una situación similar”, añade el mecánico número 1 de McLaren, Andrew Salt.
“Cuando me dijeron ‘puedes salir y hacer esto’, no era mi intención. Incluso yo, en ese momento, lo encontré extraño. Había pasado mucho tiempo queriendo salir de esta habitación, y que me permitieran entrar me hizo pensar que solo me dejaban salir por una hora, pero que no iba a querer volver a esa habitación. Era muy extraño y en ese momento, éramos los únicos que llevábamos una mascarilla. Ya nos sentíamos aislados, pero era aún más irreal ser la única persona que llevaba una mascarilla”, finaliza uno de los mecánicos del equipo, Marc Cox.