¿Qué fue del circuito de Pedralbes?
Este fin de semana llega a España la Fórmula 1, esta vez para celebrar el Gran Premio del país, y que mejor momento para recordar en nuestra sección “¿Qué fue de…?”, a un icono del automovilismo español. Hablamos de un circuito, en concreto el de Pedralbes, que acogió por primera vez en la historia el Gran Premio de España de Fórmula 1.
Corría el año 1946, cuando este circuito urbano, situado en las calles del barrio catalán de Pedralbes era inaugurado, acogiendo carreras de competiciones nacionales de automovilismo. El circuito recorría las calles de la avenida de la Diagonal, Numància, el paseo de Manuel Girona, la avenida de Pedralbes y la de Esplugues. El éxito del trazado hizo que los organizadores dieran un último empujón al circuito, y ampliaron la Diagonal, con el fin de atraer más competiciones a Pedralbes. En total, 6.316 metros de circuito, donde aquellos monoplazas de Fórmula 1 llegaron a alcanzar los 300 Km/h.
En 1950, el circuito conseguía por primera vez que la Fórmula 1 llegase a Pedralbes, aunque esta prueba no sería puntuable para un campeonato que acababa de nacer ese mismo año. En el estreno de un renovado circuito catalán en el calendario del “Gran Circo”, fue el italiano, Alberto Ascari, el que logró llevarse la victoria.
Ya en 1951, Pedralbes logra la ansiada meta, y la Fórmula 1 viaja a Barcelona, esta vez si, como prueba puntuable para el campeonato. De hecho, esta temporada, Pedralbes fue el encargado de coronar al campeón del mundo, que no fue otro que Juan Manuel Fangio, que llegó a la ciudad condal luchando con Alberto Ascari y su compatriota, José Froilán González. Fangio se impuso a sus rivales en la carrera, al volante de su Alfa Romeo 159, lo que le valió al argentino para proclamarse campeón del mundo en la última carrera de la temporada. Ese mismo año, Fangio establecía el récord del circuito catalán, marcando una punta de 302’521 Km/h y una vuelta de 2:16.930.
Además, ese mismo Gran Premio, bautizado como el “Peña Rhin Grand Prix”, contó con participación española, ambos a bordo de un Maserati. Estos eran Paco Godia y Juan Jover, que contaban con unos monoplazas bastante castigados mecánicamente, lo que obligó a Jover a abandonar y a Godia le permitió acabar 10º, el último clasificado de los pilotos que terminaron la carrera.
Tras dos temporadas de ausencia, en 1954 Pedralbes volvía al calendario de la Fórmula 1. Esta vez el mundial ya se había decidido al llegar a Barcelona, de nuevo a favor de Juan Manuel Fangio, que parecía tener en Pedralbes su circuito talismán. En esta edición, el principal atractivo fue la lucha entre Ferrari y Mercedes, que volvía a la ciudad condal 18 años después. La carrera de 1954 se la llevó Mike Hawthorn con su Ferrari, ganando así la batalla contra la marca alemana Mercedes-Benz.
Todo apuntaba que para esta carrera no habría representación local, pero fue entonces cuando Paco Godia fue repescado por Maserati tras varias carreras de ausencia, por lo que Pedralbes volvería a tener un español sobre su asfalto. Tras varios problemas sufridos durante los entrenamientos, Godia finalizaba el último Gran Premio de España celebrado en Pedralbes en una magnífica sexta posición.
El éxito del trazado de Pedralbes era notorio, pero la tragedia ocurrida en las 24 horas de Le Mans del año 1955, la cual dejó 85 muertos, hizo que las medidas de seguridad de los circuitos de automovilismo se endurecieran. Fue entonces cuando los encargados de organizar el Gran Premio de España en Pedralbes, – la entidad deportiva Penya Rhin, presidida por el empresario Joaquim Molins – se replantearon su continuidad en el calendario de la Fórmula 1, desistiendo finalmente ante la imposibilidad de hacer frente a las mejoras de seguridad que exigían desde el organismo organizador del “Gran Circo”.
De este modo, Pedralbes cayó en el olvido, y la Fórmula 1 trasladó el Gran Premio de España al circuito de Montjuïc, que acogería su primera carrera en 1969. Ahora, por donde hace 60 años circulaban monoplazas de Fórmula 1 a más de 300 Km/h, circulan miles de automóviles catalanes que hacen su día a día sobre el asfalto del primer circuito español de Fórmula 1.