Prueba Toyota C-HR: es una apuesta completamente segura
El Toyota C-HR es un producto que ha funcionado a la perfección desde su salida al mercado. El modelo japonés se ha convertido en uno de los superventas de la marca japonesa y Toyota ha conseguido sacarle un partido excepcional a su tecnología híbrida con dos motorizaciones de 122 caballos y 184 caballos que satisfacen a todo tipo de cliente que esté interesado en un modelo similar al del C-HR.
El Toyota C-HR apareció en 2016 y, desde el principio, fue un auténtico éxito. Ahora, llega su restyling de mitad de vida antes de que la marca japonesa decida cambiar por completo el modelo para darle una vuelta a un coche que ha sido uno de los mejores coches que han desarrollado en los últimos tiempos, por diseño, comodidad y comportamiento dinámico.
Diseño exterior: su mayor virtud
Sin duda, cuando Toyota lanzó el Toyota C-HR en 2016 fue un referente en términos de diseño. Un diseño muy fresco y futurista, que destacaba con un alerón trasero por encima de la luneta con un buen trabajo aerodinámico, y además, con una silueta coupé que con las exigencias del mercado en aquellos entonces y las actuales han hecho que este modelo haya funcionado realmente bien.
El morro es alto y poderoso, como buen SUV, y con unos grandes faros que ocupan casi todo el frontal y se estiran hasta casi alcanzar el pilar A. En este acabado Advance, monta unas llantas de 18 pulgadas realmente atractivas en dos colores, que hacen un conjunto perfecto con una carrocería que está pintado en un blanco perla que le queda como anillo al dedo.
Esta unidad de pruebas es el restyling que ha recibido este modelo con una firma luminosa ligeramente cambiada, más evidente en modelos más altos de gama, y que cuenta con algunos detalles en los paragolpes diferentes, teniendo nervios y aperturas más agresivas que las del modelo predecesor. Toyota ha querido darle un toque más deportivo a un SUV de pequeño tamaño con este restyling, añadiendo deportividad a un coche que ya tiene una silueta con caída de techo muy coupé y sobre todo, cuenta con el tirador de las puertas traseras integradas en el diseño del coche con el objetivo de imitar que el coche es un tres puertas.
Sin duda, Toyota ha querido seguir manteniendo unas líneas de tensión laterales que hacen que parezca un coche más pequeño y deportivo de lo que es, y una trasera muy bien resuelta ayuda a redondear un conjunto que estéticamente destaca entre los demás modelos.
Sin duda, nos encontramos ante un coche muy bien resuelto, muy conocido por todo el mundo porque se ven muchísimos por las calles debido al gran volumen de ventas que ha podido tener Toyota con este modelo que desde su llegada al mercado en 2016 ha funcionado realmente bien.
Interior: actualización tecnológica
Si te subes a un Toyota C-HR que es restyling y que actualmente la marca está vendiendo en sus concesionarios, y en el primer Toyota C-HR que salió al mercado en el año 2016. A nivel de diseño no ha cambiado prácticamente nada en el restyling y los cambios principales que se han introducido ha sido la puesta a punto a nivel tecnológico para ponerse al día con las exigencias que cualquier cliente tiene para un coche completamente nuevo.
La pantalla central ha mejorado su definición, aunque sigue sin ser de las mejores de su clase. Cuenta con botones incluidos en la pantalla para moverse con mayor soltura entre menús ya que se han eliminado los botones físicos que había alrededor de la pantalla. Aún así, sigue requiriendo demasiada atención en su funcionamiento. También, como novedad mucho más importante llega Apple CarPlay y Android Auto al sistema de infoentretenimiento con pantalla táctil de 8 pultadas, con un dispositivo de llamada de emergencia E-call y además, nuestra unidad de pruebas contaba con un equipo de audio opcional JBL.
En cuanto a espacio, contamos con un coche que tiene espacio de sobra en las plazas delantera y con unos asientos muy cómodos para viajes largos. No cuesta nada encontrar una posición de conducción cómoda para conseguir disfrutar de la conducción con este Toyota C-HR, sin embargo, nos encontraremos sentados un poco más altos que en un coche turismo, algo habitual en los SUV.
En las plazas trasera está dentro de la media. Debemos recordar que estamos ante un SUV de pequeño tamaño, sin embargo, sí que es cierto que el diseño con caída de techo coupé que tiene este coche hace que el espacio en altura no sea de los mejores. Además, cuenta con unas ventanillas laterales muy pequeñas que le restan sensación de amplitud, debido a los tiradores de la puerta integrados en el marco de la ventanilla. Se encuentra en la media del segmento, apto para dos adultos detrás pero sin un gran espacio disponible, por lo que cumple con lo justo para poder viajar cuatro adultos de manera confortable. El maletero, con sus 377 litros, tampoco destaca ni entre los SUV ni entre los modelos convencionales del segmento C. Está claro que ha primado el diseño a la funcionalidad.
Motorización: es más que suficiente
Con la llegada del restyling del Toyota C-HR, la marca japonesa introdujo dos motores híbridos que son los que actualmente están en el mercado. Los motores 125H de 122 caballos y el 180H de 184 caballos. Nuestra unidad de pruebas contaba con el motor más pequeño de la pequeña gama de motores que ofrece Toyota y el bloque es un cuatro cilindros en línea que tiene 1,8 litros de cilindrada que dan un total de 122 caballos.
Nos encontramos ante un coche que es realmente fácil de conducir con la tecnología CVT que tiene una caja de cambios que no establece marchas en el funcionamiento del coche. Es un coche que está hecho para conducir de manera tranquila y sobre todo, para el uso urbano, ya que no podemos encontrar grandes reacciones y recuperaciones a nivel dinámico.
Si queremos exprimir el potencial del motor, nos encontramos con el problema habitual de los motores con caja de cambios CVT, ya que el sonido aumenta considerablemente en el habitáculo y la respuesta del motor no está acorde de ese ruido que produce el motor al pisar a fondo del acelerador. Sin embargo, si la conducción es tranquila tanto en carretera como en ciudad, el funcionamiento es excepcional y la sonoridad del motor es sobresaliente. Pero eso hasta que nos pesa más de la cuenta el pie del acelerador.
Por otro lado, en Toyota es en la única marca de híbridos que me ocurre esta sensación de escuchar el pequeño zumbido del motor eléctrico que le da un toque especial a la conducción y además, no es un sonido molesto. Un pequeño zumbido que llega cuando accionamos la primera etapa del pedal del acelerador, el cual acciona el motor eléctrico, que aprovecha la ocasión para retener el coche y hacer de generador recuperando energía, evitando que los frenos mecánicos se accionen. Una ventaja que tiene este motor y que hace que la economía de su uso sea realmente excepcional.
En términos de consumos terminamos la prueba con un consumo medio de 5,8 litros a los cien kilómetros haciendo un uso normal del vehículo. Sin duda, siempre estoy sorprendido cuando hago balance de los consumos en modelos Toyota ya que no me considero una persona que tenga una conducción ecológica y a pesar de ello, siempre consigo terminar las pruebas con cifras muy competitivas en términos de consumo con estos motores japoneses.
Comportamiento: realmente sorprendente
Nunca he sido un aficionado a los coches de tipo SUV. Su aerodinámica que no favorece al comportamiento dinámico y su centro de gravedad más alto, hace que la física haga su trabajo y no favorezca a este tipo de coches en carreteras reviradas o cuando intentas apretar algo más de la cuenta al coche a nivel dinámico.
Como he dicho en el apartado de motorización, nos encontramos ante un coche que es muy fácil de conducir, con unas cotas muy acertadas para todo tipo de usos. En ciudad se desenvuelve a la perfección y la tecnología híbrida de Toyota cumple de manera excepcional en ese tipo de circulación. Incluso cuando sales a carretera abierta en secundarias fáciles y autovías, el coche funciona a la perfección, cumple teniendo comodidad en viajes largos y tiene buenas respuestas, eso sí, la rumorosidad del motor aumenta considerablemente cuando aprietas el pedal de acelerador.
Y es en las zonas más reviradas cuando quedé gratamente sorprendido con este coche. Las carreteras de montaña son un elemento en el que se desenvuelve a la perfección, teniendo en cuenta siempre qué tipo de coche es. Su bastidor es noble y agradecido y se pueden llevar ritmos muy altos, a veces muy sorprendentes. Respecto de la carrocería, el ancho de vías y la batalla son óptimos y se nota y en apoyos largos y curvas enlazadas se aprecia que el chasis está muy bien puesto a punto por Toyota. También, el tarado de la suspensión es correcto y el conjunto permite disfrutar de cualquier viaje que hagamos, disfrutando incluso de las carreras reviradas teniendo una gran seguridad. Sin duda, sorprendente.
Nos encontramos ante un coche con un diseño excepcional y diferente que ha funcionado de manera sobresaliente en el mercado. Ha sido mejorado en los aspectos en los que no destacaba como a nivel tecnológico e integraciones con los teléfonos móviles de los usuarios, y se ha refinado con este restyling el comportamiento dinámico y los motores que se ofrecen en catálogo para su venta. Sin duda, no ha cambiado en exceso a simple vista pero este Toyota C-HR ha recibido cambios clave para seguir dando de qué hablar en el mercado.