En Red Bull están más que satisfechos con la evolución de Verstappen
Max Verstappen debutó en Fórmula 1 en 2015 con Toro Rosso gracias a su vinculación con Red Bull, con Carlos Sainz como compañero de equipo. El holandés no tardó demasiado en ganarse el favor de Christian Horner y Helmut Marko, ya que al año siguiente, en el Gran Premio de España, Max debutó como piloto oficial de Red Bull. Desde aquel momento Verstappen empezó a construir una reputación que le ha servido para llegar hasta el día de hoy como uno de los jóvenes pilotos considerados futuros campeones del mundo.
Christian Horner recuerda la primera temporada de Max en la categoría con Toro Rosso, en la cual dejó a todos perplejos por su estilo de pilotaje, agresivo pero atractivo para los aficionados. El británico explica que desde ese momento tuvieron claro que Verstappen terminaría pilotando para ellos en Red Bull.
“No estaba nervioso. Tiene confianza en sí mismo y en sus habilidades, nunca ha parecido abrumado en Toro Rosso, sabíamos que estaba listo, tuvo un comienzo fantástico, ganó el GP de España, y sin haber probado nunca el coche, se subió y estaba al ritmo de Daniel”, explica.
Helmut Marko también recuerda que durante su evolución han existido algunos errores, como por ejemplo el de Mónaco en 2018. Verstappen cometió un error en la chicane de la piscina durante la última sesión de libres, justo antes de la clasificación. Un impacto contra el muro dejó su Red Bull inservible, lo que significó no poder participar en la crono y así comprometer la carrera; una carrera que ganó su compañero Daniel Ricciardo.
“Tiene un deseo total de ganar, todo el tiempo, fue un pequeño problema porque estaba atacando todo el tiempo, incluso en las sesiones de práctica. El año pasado en Mónaco, tuvimos el lado malo de este enfoque en FP3, se estrelló y perdió toda posibilidad de victoria. Aprendió de una manera aproximada. Se dio cuenta de que tenía un coche capaz para ganar y todo se arruinó debido a un simple error, aprendió a ser paciente. Escucha, a veces es difícil, pero al final escucha. Tienes que hacer un argumento, y el argumento debe ser justificable. Pero también es muy terco, y si tiene una idea en mente, es difícil hacer que se mueva. Puede ser muy difícil, pero si vas en una dirección positiva, es lo suficientemente fuerte como para decir ‘Sí, me equivoqué’ ¡No lo dirá de inmediato, pero lo dirá!“, argumenta.