Maravillas de la Ingeniería: Renault RS01
En esta nueva entrega recordaremos a un monoplaza que si bien no resultó ser una maravilla en fiabilidad ni un éxito según sus éxitos, si que marco un antes y un después en la Fórmula 1 con un sistema de turboalimentación en su motor, configuración pionera que supondría el inicio de una de las épocas más bestias que se recuerdan en la disciplina. Se trata del Renault RS01, más conocido como la tetera amarilla.
Desde la introducción de los motores de 3 litros en 1967 también se había registrado una opción de 1,5 litros para motores con turbo, pero ningún equipo o fabricante había explorado esta opción. De hecho, la sobrealimentación sólo se había utilizado con éxito en las dos primeras temporadas de la Fórmula 1. A través de la asociación de los fabricantes Alpine y Gordini, Renault se embarcó en un ambicioso programa de competición poco convencional en la década de los setenta y que resultaría ser el primer monoplaza de Fórmula 1 turboalimentado.
Desarrollado por Bernard Dudot, el primer motor Renault de la F1 comparte su diseño con el V6 Gordini. Contaba con árboles de levas generales, cuatro válvulas por cilindro y una construcción de aleación de aluminio. Llamado ‘EF1’ (en referencia al principal patrocinador Elf) destacó por turbo Garrett que equipaba. En su configuración inicial, el V6 producía alrededor de 500 CV, casi lo mismo que los motores V8 atmosféricos y los V12 con la mitad de cilindros.
Aerodinámicamente Max Sardou sugirió el uso del efecto suelo para el ‘RS01’, lo que habría significado también el estreno de este sistema, pero se decidió que el desarrollo del motor estaría más aprovechado con un diseño convencional. En consecuencia, el André de Cortanze dibujó un coche construido alrededor de un monocasco de aluminio. El chasis rodante estaba fuertemente envuelto en un cuerpo de fibra de vidrio con radiadores laterales y un refrigerador de aceite en el frontal. El revolucionario motor estaba parcialmente expuesto.
Las prácticas con el ‘RS01’ comenzaron a finales de 1976 con Jean-Pierre Jabouille como piloto. Muchas dificultades obligaron a posponer el debut en competición hasta 1977. Tenía problemas con el lag del turbo que dificultaba la conducción y el sobrecalentamiento del mismo. Ninguno de ellos se resolvieron cuando el coche debutó y no logró alcanzar la meta en ninguna de las carreras de ese año. El RS01 siempre terminaba rodeado por una nube de vapor, lo que le valió el apodo de ‘la tetera amarilla’.
A pesar de las dificultades, los ingenieros de Renault continuaron desarrollando el RS01 durante el invierno. Entre las modificaciones, se cambió la arquitectura de refrigeración para mantener la temperatura del motor bajo control. Los errores todavía no estaban solucionados, pero en 1978 el coche era algo más competitivo y fiable, en términos relativos. Es decir, Jabouille sólo logró llegar a meta cinco de catorce intentos. En una de ellas, el Gran Premio de Estados Unidos, terminó en cuarta posición, anotando los primeros puntos en el Campeonato para Renault.
Paralelamente, con la victoria de Renault en las 24 Horas de Le Mans el fabricante pasaría a centrarse exclusivamente en la Fórmula 1. Como resultado, se introdujeron dos coches en 1979, esta vez con chasis efecto suelo. Antes de que el nuevo RS10 y su doble turbo estuviese listo, Jabouille y el nuevo fichaje René Arnoux tuvieron que conformarse con el RS01 anterior. Debutó en España, y la mejora era evidente y en el Gran Premio de Francia de 1979 en Dijon Jabouille se llevó la victoria con Arnoux tercero.
Con sólo un puñado de puntos a su nombre, el RS01 no ha entrado en la historia como uno de los grandes. Sin embargo, como primer Fórmula 1 con motor turbo inició una revolución, y una década después de su conflictivo debut, la Fórmula 1 era exclusivamente de coches turboalimentados.