Gran Premio Histórico de Mónaco, tan espectacular como necesario
Hablar del pequeño Principado de Mónaco significa, directamente, tener que hablar del Campeonato del Mundo de Fórmula 1. En una época de nuestras vidas donde algo invisible ha trastocado por completo nuestro día a día, la normalidad parece ir recuperando terreno poco a poco, lo que implica el retorno a la acción de eventos que, cuando no han estado ahí, se han extrañado, y con razón.
Tras suspenderse en 2020 por el tema que ya todos conocemos, la duodécima edición del Gran Premio de Mónaco en su versión histórica volvía a las calles de Monte-Carlo este pasado fin de semana, siendo como siempre una fecha muy nostálgica para los aficionados al motorsport y, más en concreto, a la Fórmula 1. Desde monoplazas de la pre-guerra hasta coches de finales de los años 70, pasando por coches deportivos de carreras de mediados de los años 50, este es el resumen de una parrilla que aseguraba un evento excepcional en las calles del principado, y así fue.
Carreras espectaculares, adelantamientos que en los tiempos actuales nos parecen imposibles, un sonido vibrante sobre un escenario mítico… Mónaco nunca defrauda cuando hablamos de algo histórico y este año tampoco falló. Si tuviera que elegir entre algunos de los mejores momentos del fin de semana, me veo obligado a avanzar hasta las últimas pruebas del evento, las categorías F y G, las cuales presentaban las listas de inscritos con los monoplazas más rápidos, más potentes y más tecnológicamente avanzados.
En la serie F, aquellos que disfrutamos del evento pudimos vibrar con una espectacular batalla por la victoria entre dos pilotos de renombre a manos de dos monoplaza históricos. Por un lado, el expiloto Jean Alesi pilotaba un Ferrari 312B3 que Niki Lauda llevó en 1974, mientras que el alemán Marco Werner, un histórico de la resistencia, corrió a manos de un Lotus 77 de 1976, enzarzándose los dos en una batalla por el primer puesto que concluiría, desgraciadamente, con un toque entre ambos y el piloto francés contra el muro.
Para acabar el día, y ya en la serie G, las batallas por distintas posiciones también se posicionaban como el principal reclamo, volviendo a ser la del liderato intensa hasta que un error de pilotaje dejó al británico Michael Lyons, el más laureado del fin de semana con tres victorias,al frente de la carrera a manos de su Hesketh 308E de 1977.
Y esto nos crea la percepción de que, en un mundo de la automoción donde las cosas están cambiando a pasos agigantados, tal vez una mirada al pasado nos devuelve el tan ansiado espectáculo que, con cambios y más cambios, con nuevas normativas, intentan, con más o menos éxito, hacer de la Fórmula 1 aquel deporte espectacular que siempre hemos pedido.
Carreras, velocidad, pasión, ese es el breve resumen de un fin de semana que nos ha hecho recordar los orígenes de un deporte que enamora a aquellos que están dispuestos a descubrirlo desde sus inicios, por lo que, sin duda, a la par de emocionantes, eventos como el Gran Premio de Mónaco Histórico son simplemente, necesarios para que nunca olvidemos lo que fuimos, o de dónde venimos. Os dejo, para finalizar, un fragmento de la batalla entre Jean Alesi y Marco Werner que ha terminado en tragedia para el francés:
Fotografías: ACM