Gran Premio de España en Montjuïc; 40 años de una tragedia
Hace 40 años el automovilismo español vivió uno de los momentos más trágicos de su historia en el circuito urbano de Montjuïc, en Barcelona.
Montjuïc comenzó en el año 1968 su andadura en la Fórmula Uno, alternando su organización junto con el circuito madrileño del Jarama. El 4 de mayo de 1969, fue cuando se corrió por primera vez por las calles del barrio barcelonés y pronto se descubrió que su trazado era muy rápido, con unos cambios de rasante espectaculares, en los que los coches volaban a escasos centímetros del suelo, pero también destacó por su gran peligrosidad.
Aunque esta prueba podría haber destacado por ser la primera en la que una mujer, Lella Lombardi, consiguió puntuar en un gran premio, no fue así, sino que pasaría a formar parte de la historia trágica del mundo del motor.
Y esta tragedia comenzó a tomar forma ya el jueves, cuando los pilotos descubrieron que parte de los guardarraíles no estaban bien fijados o presentaban serias deficiencias en su montaje, además algunas zonas del circuito no eran lo suficientemente seguras, por lo que los pilotos decidieron no salir a pista en esas condiciones.
Ya durante el sábado las presiones y amenazas a los equipos y pilotos, obligó a algunos a salir a pista ante las posibles represalias. En aquella época Emerson Fittipaldi, era uno de los mayores defensores de la seguridad en los circuitos y fue uno de los que se negó a correr, a pesar de que la FIA había dado el visto bueno al circuito. Para evitar posibles represalias, el piloto brasileño salió a pista en clasificación, rodando a muy baja velocidad y regresó a boxes, Fittipaldi tenía muy claro que no participaría el domingo en la carrera con esas condiciones y esa misma tarde se marchó de Barcelona.
27 de abril de 1975, la carrera comenzó con varios accidentes ya desde la salida, con un accidente múltiple en el que estuvieron implicados los dos pilotos de Ferrari, Lauda y Regazzoni, además de Mario Andretti y Branbilla.
Vuelta 26.
El piloto alemán Rolf Stommelen a bordo de su Hill-Ford, iba en primera posición, beneficiado por los múltiples accidentes y abandonos, por primera vez en su carrera deportiva en Fórmula Uno, lideraba un gran premio, pero el destino le tenía preparado un trágico final.
En uno de los tramos más rápidos del circuito con un cambio de rasante incluido, el alerón trasero se desprendió y el monoplaza salió volando sin ningún control, atravesando las vallas de seguridad y cayendo sobre un puesto de control, en donde se encontraban personal autorizado, periodistas, bomberos y espectadores.
Desgraciadamente el monoplaza alcanzó a una decena de personas, produciéndose el peor de los presagios, varias personas perdieron su vida, además de once heridos graves entre los que se encontraba el piloto alemán, que sufrió múltiples fracturas. Incomprensiblemente la carrera continuó durante cuatro vueltas más, hasta que finalmente fue suspendida.
Desde aquel día, no volvieron a disputarse más carreras en el circuito urbano de Montjuïc y pasó de ser un circuito en donde ser respiraba pasión y velocidad, a ser un circuito que se llevó consigo la vida de cinco personas que solamente disfrutaban de su pasión, la Fórmula Uno.